Ley de Selye o síndrome general de adaptación.
El fisiólogo Selye observó que ante una situación desestabilizadora que denominó “stress”, el organismo
reacciona mediante una serie de ajustes fisiológicos específicos para cada estímulo, con los que trata de
oponerse al agente estresante y restablecer el equilibrio. Los ajustes fisiológicos siguen siempre la
misma secuencia. Selye llamó a esta secuencia: SINDROME GENERAL DE ADAPTACIÓN, que
consiste en:
1º.- Reacción de alarma: se rompe el equilibrio e inmediatamente se ponen en funcionamiento toda
clase de ajustes (cardiovasculares, hormonales, químicos, neuromusculares,...) para restablecer el
equilibrio perdido.
2º.- Estado de resistencia: conseguidos los ajustes el organismo "aguanta" la acción del agente
estresante o estímulo.
3º.- La adaptación, el organismo restituye su nivel fisiológico inicial e incrementa sus defensas
haciéndose más resistente ante ese estímulo. Este fenómeno se llama "supercompensación" y es
relativamente duradero, pasado un tiempo sin que se produzca otro estímulo vuelve a su nivel
anterior.
El ejercicio físico actúa como un agente estresante capaz de provocar los fenómenos de adaptación.
Para que se produzca la adaptación, el estímulo debe tener la intensidad suficiente para alcanzar el
umbral, el cual varía en función de la capacidad de aguante y de reacción del organismo de cada
individuo.
El umbral de intensidad es la intensidad mínima que debe tener un estímulo para que sea entrenable,
es decir para inducir los fenómenos de adaptación.
Supercompensación
Cómo va mejorando tu cuerpo entrenamiento tras entrenamiento.
El entrenamiento tiene como resultado un estado de fatiga, que luego de una correcta recuperación, produce un nuevo y mejor estado para afrontar el siguiente entrenamiento. A este nuevo estado se lo denomina supercompensación.
Así la siguiente vez que entrenes estarás más fuerte, veloz, resistente, flexible o coordinado de acuerdo al entrenamiento realizado.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando no le damos al cuerpo el tiempo suficiente para recuperarnos?
Esto nos puede conducir a un estado de fatiga crónica, a no recuperarnos, a una disminución del rendimiento, etc.
Al mismo tiempo, si dejas pasar demasiado tiempo entre entrenamientos, tu estado de forma tampoco mejora, ya que los efectos de la supercompensación se han perdido y has vuelto al nivel inicial.
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